martes, 14 de febrero de 2012

Miseria en Atenas: "Nuevos Pobres" nacen de la clase media griega.

Por Johannes Korge y Ferry Batzoglou 

Los trabajadores humanitarios y los comedores de beneficencia luchan por proveer a los "nuevos pobres" de la ciudad. Desde que la crisis económica ha tomado posesión, la pobreza ha tomado posesión de la clase media griega. Y las tasas de suicidio casi se han duplicado

Si esta crisis ha alcanzado al Pireo, entonces ha hecho un buen trabajo ocultándose. Incluso en esta fría noche de febrero, los coches de lujo se alinean fuera de los elegantes restaurantes de comida marina, en este suburbio del puerto de Atenas frente al mar. Pero Leonida Koutikas sabe dónde buscar. A menos de 50 metros de la avenidad principal, a la vuelta de dos esquinas, la miseria está por todas partes. 
 Koutikas encuentra a una familia de cinco integrantes viviendo detrás de una tienda de campaña imposible, adosada a la pared de un edificio de apartamentos. Koutikas y sus colegas de la organización humanitaria Klimaka son esperados. Distribuyen sus paquetes de ayuda aquí cada noche. "Cada día la lista de los necesitados crece", dice Koutikas. Habla por experiencia. Hasta hace poco, este hombre de 48 años dormía también en las calles. 
Atenas siempre ha tenido problemas con los desamparados, como cualquier otra gran ciudad. Pero las crisis financieras y las deudas han llevado a que la pobreza crezca aquí lenta, pero firmemente, fuera de control. El 2011 había registrada 20% más de gente desamparada que el año anterior. Dependiendo de la estación, el número puede subir hasta 25.000. Los comedores de beneficencia en Atenas reclaman una demanda record, con el 15% más de gente necesitada de alimentación gratis. 
Ya no son los "regulares" a los que se le traen mantas y comida caliente en la noche, dice Effie Stamatogiannopoulou. Ella se sienta en la oficina principal de Klimaka, pensando en los presupuestos y los registros de servicio. Fue un largo día, y como la mayoría de los que están en la sobrecalentada habitación, la mujer de 46 años se mantiene despierta con café y cigarrillos. 

Cuentos del "nuevo pobre"
Muchos de ellos pertenecen a lo que aquí llaman "nuevo pobre". "Empezó realmente hace dos años", dice Stamatogiannopoulou. De repente, no era sólo gente con problemas psicológicos o adicción a las drogas, quienes golpeaban a la puerta de madera roja de la organización. "La clase media está convirtiéndose, de manera creciente, en nuestro grupo de trabajo", dice. 
El "nuevo pobre" incluye a Lambros Zacharatos, que recorre las calles de Atenas, con Leonidas Koutikas, en el vehículo de Klimaka noche tras noche. Hasta el año anterior, Zacharatos trabajó como diseñador de interiores, ganando hasta 4.000 Euros (5.300 dólares) en un mes bueno. "De repente todo boom, la crisis estaba aquí y el 90% de las comisiones se habían ido", dice. Zacharatos y otros dos duermen en una habitación sobre las oficinas de Klimaka. Las literas y los gabinetes enchapados recuerdan a un hostal juvenil. 
En Klimaka, él no sólo tiene un techo sobre su cabeza, sino también una nueva tarea. Como parte de un programa de reinserción, todos los residentes de la institución tienen que realizar un trabajo diario. Cocinan, limpian o, como Koutikas y Zacharatos, hacen un recorrido nocturno en vehículo a los lugares favoritos de pernoctación de la gran Atenas. Estos lugares están cerca de los lujosos paseos del Pireo, a un tiro de piedra del parlamento, o en medio del distrito turístico cerca de la Acrópolis. Usualmente les lleva apenas una rápida mirada, y el equipo de Klimaka ha encontrado a su nuevo "cliente". "Constantemente vemos nuevos rostros", dice Zacharatos.

"Siempre hay más" 
 Todavía no hay estimaciones confiables sobre el número de los "nuevos pobres", porque faltan estudios apropiados. Las familias pueden también atenuar la gravedad de muchas crisis financieras. Aquellos que han perdido sus trabajos o sus hogares encuentran lugar con parientes antes de ser considerados en las estadísticas oficiales. Eso es especialmente cierto con las víctimas más jóvenes de la crisis financiera. "Pero con las nuevas medidas de austeridad del gobierno, junto con las cargas a los impuestos, es cuestionable cuánto tiempo las personas podrán seguir haciendo eso", dice Stamatogiannopoulou. 
Lo que es claro es que el 2010, casi el 28% de los griegos, o 3.03 millones de personas, vivían en riesgo de pobreza o exclusión social, según los números dados a conocer la semana pasada por la agencia de estadísticas Eurostat de la Unión Europea. Con la recesión sólo ahondándose desde entonces, parece probable que el número de pobres haya crecido el 2011. Manos, que prefiere no dar su apellido, está entre los griegos pobres. Este hombre, en la mitad de sus 50, es uno de las decenas de personas que llegó a la iglesia Aghia Zoni una mañana reciente. "Siempre hay más", dice el padre Immanuel, que ha organizado comidas para los pobres por 20 años. "Hasta hace uno o dos años, conocíamos las caras de aquí. Hoy las cosas son muy diferentes", dice. 

"Tasa de suicidios duplicada"
 La gente en el patio delantero de la iglesia espera a que Georgia, la cocinera, abra finalmente la puerta. Ella ha estado trabajando en su cocina, en el sótano de la iglesia, por horas. Cuando abre la pesada puerta de acero, hay mucha prisa por entrar. Manos también toma sopa de fideos y pan. Mientras come, cuenta la ya común historia de la pérdida de su apartamento y su trabajo. Él nació en Kipseli, un barrio ateniense de clase media baja, y ahora duerme en el frío, sobre los bancos del parque. "Soy un buen buen vendedor, en serio", dice. "Puedo vender lo que sea". Entonces le pide a su invitado alemán el correo electrónico, y unas horas más tarde le envía su currículum con la petición de distribuirlo. No se ha rendido.
La psicóloga Eleni Bekiari conoce qué oscuros pensamientos ha traído la crisis y sus consecuencias a los atenienses. Ella provee el número "1018" de Klimaka. Es una línea para los casos de suicidio, abierta 24 horas, y sus estadísticas son claras. El 2010 hubo casi 2.500 llamadas a este número. El 2011 hubo el doble. "La mayoría de las llamadas eran de mujeres", dice. "Por otro lado, usualmente los hombres terminan quitándose la vida". 
Tradicionalmente, Grecia tiene una de las más bajas tazas de sucidios en Europa, pero el aumento ha sido dramático. Desde el comienzo de la crisis, la taza de suicidio casi se ha duplicado. El 2011 hubo casi seis suicidios por cada 100.000 ciudadanos. Cuando le preguntan, a los que llaman a la línea para los casos de suicidio, por las razones de sus pensamientos suicidas, dice Bekiari, a menudo contestan con dos palabras: la crisis.

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