martes, 23 de septiembre de 2008

No todo lo que brilla es oro

Acabo de desayunarme con la noticia de los 9 muertos debido a un tiroteo en una escuela profesional de Finlandia, protagonizada nada menos que por uno de sus alumnos. Y me desayuné tres veces al enterarme que este es el segundo incidente de este tipo en Finlandia, el primero ocurrió en noviembre del 2007, cuando otro joven estudiante mató a 8 personas de su instituto. Entonces me viene a la mente el documental de Michael Moore, Bowling for Columbine, en el que intenta esclarecer las posibles causas que están detrás de la matanza de estudiantes de la secundaria Columbine, a manos de algunos de sus propios compañeros, en EEUU hace algún tiempo.

Esta serie de conductas violentas y masivas, repetitivas en países que supuestamente se consideran "desarrollados" y a los que se envidia por su nivel económico y, en el caso de Finlandia (porque en EEUU ni hablar), su equidad social, lo dejan a uno de una pieza, porque empieza a preguntarse, como Moore en el documental mencionado, ¿qué hay detrás de estas conductas? A estas alturas ya sólo me queda coincidir una vez más con Moore en que esto no tiene que ver con la "tenencia de armas", ni con la influencia de la TV, ni con la de la música satánica, todos cómodos "chivos expiatorios" para una sociedad que no quiere hacerse cargo de sí misma y de decadencia interna. Y es obvio. El tema social tampoco es una respuesta absoluta a este problema (la tesis socialista vuela hecha pedazos por los aires), porque, bueno, que en los EEUU sucedan estas cosas no debería sorprendernos tanto, la inequidad y la pobreza en el país "más rico del mundo", o por lo menos la potencia mundial económica, es tan aberrante que ver estallar estos brotes de violiencia parecen ser un síntoma de toda esa frustración. Hasta ahí la tesis celiana (¿se dirá así?, me refiero a Cela específicamente) de que la miseria y la postergación social condiciona al ser humano a enajenarse y convertirse poco menos en un ser inhumano, queda intocada. Pero cuando uno ve que tanto en la secundaria Columbine como en Finlandia el tema de la relegación social y de la miseria no forman parte del contexto que rodea a estos centros educacionales ni a sus estudiantes, y eso porque en el primer caso, Columbine, se trataba de una secundaria donde notoriamente los estudiantes no eran de escasos recursos, sino todo lo contrario, y en el caso de Finlandia qué decir, ¿no es Finlandia a dónde se quieren ir todos los jóvenes chilenos hoy, o al menos muchos de ellos?, entonces pareciera que uno no tiene ya hacia dónde mirar para buscar alguna respuesta. Claro, en un país donde el problema de la equidad social y de los problemas socioeconómicos que achacan a estos países tercer mundistas, incluso a los países europeos hoy y a la gran potencia mundial, no existen, como Finlandia, ¿dónde queda la tesis socialista de la enajenación como causa de estas aberraciones entonces?

Por lo menos, enajenación por causas socio económicas, es dudoso. Es otra clase de enajenación, sin duda. ¿Dónde hay que buscar las causas? En los idearios no reconocidos y no admitidos por todas estas culturas tal vez. Un ideario que subyace a la aparente "buena forma" que muestran sus sociedades. ¿El desarrollo social y la equidad social asegura, hoy en día, una sociedad realmente equilibrada y más justa? Tendríamos que volver a buscar las esenciales preguntas que alguna vez hizo Sócrates, tal vez, respecto a cosas que nos parecen tan obvias, pero que a lo mejor ya no lo son: ¿qué se entiende por equidad, por justicia? El socialismo, el marxismo con él, nos heredó un hermoso ideario y un concepto de "justicia social" relacionado con los mecanismos de producción y el trabajo, donde justicia social se ha entendido por equidad desde el punto de vista económico, principalmente, pues esta equidad llevaría a un equilibrio no sólo material, sino espiritual. Luego de leer noticias como esta, en lugares como aquellos, desarrollados, equilibrados socialmente, casi perfectos desde un punto de vista social, uno se pregunta, esa idea de justicia, de sociedad, ¿es suficiente? Ni hablar del capitalismo, en el que la palabra justicia ni siquiera entra en juego, y si entra es con criterios meramente económicos. Vemos con claridad la desnuda enajenación a la que nos lleva el capitalismo por su ideario eminentemente economicista y pragmático, y podemos ponernos algo en guardia contra él, pero tal vez no hemos reconocido suficientemente las falencias que nos ha heredado el otro ideario, o los más viejos, que aún subyacen en estas sociedades, también en las nuestras, cuidado, mucho cuidado... Brillar "económicamente" quizás nos lleve a una oscuridad social después de todo, otra forma de oscuridad y enajenación, porque las bases en la que se sustenta esta especie de desarrollo social tiene también un fundamento económico en principio, lo que no es malo, claro, una "buena economía", pero ¿es suficiente? ¿Están claras estas ideas que nos hacemos de las cosas y el mundo en el que queremos vivir? Y si lo están, ¿cuánto lo están? ¿Y cómo se las heredamos a nuestros jóvenes a pesar de todo?

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